lunes, 20 de octubre de 2014

Marcel Proust dejó olvidado un escrito que apareció escondido en la maleta de un viajante de seguros.
EXTRACTO

“(…) el día que mojé la madalena en la tacita de whisky se me arremolinaron los recuerdos más íntimos y profundos (…) porque el que era un plasta era el sargento Pancorbo que una vez me encontró meando en (…) de noche, sí, era de noche cuando ella se me acercó y se bajó las (…) no, no es necesario que te acerques tanto para quitar el tapón, no te vaya a saltar el depósito (…) de noche, sí, era de noche cuando ella (…) las damas desalentadas tienen un aroma perdido de deseo que fue lo que la entrepierna de (…) y me dijo que me iba a tragar más guardias que un recluta pero no era mal tipo porque (…) sí, acércate, anda, acércate, tú no me hagas caso y verás cómo te revienta en las narices (…) cuando el límite de las cosas lo pone un imbécil como tú pasa que (…) no era el momento y los dos se dieron cuenta”. 



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