sábado, 31 de enero de 2015

Las damas del Romanticismo, o una gran parte de ellas, suelen padecer de vejiga flácida, gases vespertinos y orgasmos espontáneos. Estos últimos despertaron el vivo interés del conocido especialista en sufrimientos decimonónicos Werner Slwuzberg, que al intentar elaborar una taxonomía de orgasmos se perdió tanto en los esquemas y las clasificaciones que desde entonces hay que meterle en los coches de caballos entre cuatro personas y bebe las sopas que una monjita le lleva a la boca con una cuchara de alpaca.

Dentro de un cajón se hallaron sus anotaciones escritas en un librito azulado con señales de mordeduras en los bordes.

Las últimas palabras que se pueden leer: “no es posible que la razón abarque tanto estruendo, tanto ruido. Los gritos se me hacen punzantes a los oídos. Habiendo visto de tal forma el infierno, ¿he de continuar hundiendo mis ojos en abismos como estos? Es mejor que me vaya de mi pensamiento. De hecho, me acabo de ir. Creo con firmeza que soy un murciélago, extiendo mis alas y dejo el cuaderno a merced del olvido”.

Las damas del Romanticismo suspiran torciendo el cuello hacia la izquierda cuando se acuerdan de Werner Slwuzberg.





viernes, 30 de enero de 2015

Los muertos se quedan tan solos porque los fantasmas son muy mal vistos por las damas del Romanticismo cuando se aparecen en sus dormitorios. En el momento que los ven rozando con sus pies inexistentes la atmósfera derretida de sus alcobas exigen la presencia de sus acompañantes (tengan entre manos a quien tengan entre manos) y éstos les han de aplicar sales de amonio debajo de las narices para que dejen de suspirar con el estrépito con que sólo ellas son capaces de suspirar.


Los muertos se quedan tan solos porque los acompañantes de las damas del Romanticismo se enfadan cuando presienten su hálito frío y al hacerlo saben que serán interrumpidos por las damas del Romanticismo que se van a desmayar estrepitosamente sobre el diván burdeos más cercano a su tocador cuando los acompañantes de las damas del Romanticismo tengan entre manos o brazos a otra dama del Romanticismo que se encuentre lejos de ningún fantasma y sin la más mínima intención de desmayarse en ese momento.



Por ese motivo los muertos se quedan tan solos y los acompañantes de las damas del Romanticismo son tan poco envidiados por los otros tres tipos de acompañante.






jueves, 29 de enero de 2015



Los muertos se quedan solos porque ya no queda nadie que recuerde sus recuerdos.

Existen muchos modos de ser gallina, de la misma forma que existen muchas maneras de pedir disculpas por haberle pisado un pie en el bus a una dama del Romanticismo o de sacudirse del abrigo los pólenes de marzo (El Ave Lira, por ejemplo, quizá debiera pedir perdón más a menudo por el lenguaje tan áspero que emplea con otros pájaros para hacerse sitio entre los enramajes).

Existen tantos modos de ser gallina como gallinas existen en los modos.

El más perfecto sin ninguna duda es el modo gallina clueca: Se aposenta sobre sus dudas y no se pone en pie hasta que han nacido de los cascarones soluciones y soluciones o, por lo menos, una muchedumbre de buenos consejos.



martes, 27 de enero de 2015

Trabajaba en aquella factoría iniciando caminos. Ese era su puesto, era su función en el organigrama de la empresa, su dedicación exclusiva.

Recibía dinero por cada espacio recorrido en los senderos, dependiendo de la dureza del suelo, de la cantidad de sol, de la humedad de las sombras, de la amabilidad de los paisanos.

Si había que saltar algún arroyo empedrado recibía tres veces la retribución de, por ejemplo, un riachuelo arenoso.

La fuerza que le empeñaba en realizar su trabajo, más que el dinero, mucho más que el dinero, consistía en el anhelo remoto, en la sospecha de que quizá, al girar algún risco, volvería a encontrarse con aquella mujer que vio una vez tendiendo sábanas en un balcón y que le miró con unos ojos que le prometían amanecer a su lado de la mano hasta el final de los tiempos, e incluso el mes siguiente del final del mundo.



lunes, 26 de enero de 2015

Con ti, el gas pimienta que hunde ojos y derrumba vísceras transfórmase en gas esenciaguamarina que alcanza estrellas señaladas con el índice y aproxima el calor del mundo a los cuellos más necesitados de lenguas, lo que no ocurría de la misma manera sintigo.


domingo, 25 de enero de 2015

Arriba, tu ventana

abre

alas 

(con qué gentileza sus hojas abiertas,

amor)

a mi otra ventana.




jueves, 22 de enero de 2015

Es necesaria cierta confianza, incluso ciega, en que las cosas que deseamos se pueden alcanzar. Aunque sea una confianza  irracional, por más que nos parezca inexplicable, aún en los peores tramos de la vida.


La fe no mueve montañas.



La fe hace que seamos nosotros los que cambiemos de sitio.





miércoles, 21 de enero de 2015

Te apoyo la mano en el hocico para que te aquietes. Te soplaré en la crin y así haré que vuelen los sueños tristes. (Aire de mis pulmones (ambos, dos, pares) para llenar tu globo de helio ascendente). En los cascos te ajustaré las mismas alas que tiene en los pies Mercurio y que así saltes los enormes bosques y lagos que ponen los británicos en  el Grand National y llegues, entre vítores y hurras, el primero.

Si lo hago es porque tú eres mi caballo, el único caballo que me queda en el mundo y así te quiero tratar, con ese celo que tiene el que te sabe imprescindible. Si lo hago es porque soy tu ama y como mi propio nombre indica, caballito te amo.

Lo nuestro es una asociación de esas que no rompe el tiempo atmosférico.

Ni tampoco el cronológico.



domingo, 18 de enero de 2015

Y se quedó congelado
a la puerta de la ermita
pidiendo a los feligreses
una moneda de plata
para comprarse otra huchita.




miércoles, 14 de enero de 2015

Nos pasamos la vida intentando olvidar que la muerte puede llegar en el momento más inesperado.


Pero la mayor parte del tiempo lo pasamos sin darnos cuenta de que lo que puede llegar en el momento que menos esperamos es la vida.




No te olvides de que dejé mi aliento debajo de la cama y apoyé mis labios para ti en la repisa roja.

Saca del frigorífico las ansias de anoche, los enigmas que no escondes, esa certeza con que te empeñas en señalarle el norte a las aves perdidas.

Dejé un táper con los silencios encendidos y te puse las llaves de mi camino debajo de la alfombra.

El cargador del móvil dentro de las entrañas que poseo.

martes, 13 de enero de 2015

Deseó que ocurriera y lo hizo
de una forma tan colosal 
tan del mundo de los vivos 
tan blanca en sus motivos

que ocurrió.

viernes, 9 de enero de 2015

miércoles, 7 de enero de 2015

Era un espantajo, porque andaba
como las aves derrotadas sin el nido
era una sombra.


Alrededor 

desaparecían fauna y flora.


No era ni el sinónimo de alguna palabra.



Cuando tragaba aquel licor intruso todas las tardes

para aplacar el llanto siempre a punto
espantaba al mundo como un engendro
que se hubiera tragado y extinguido la Luna


y el reflejo del Sol en todos los espejos.


Cuando alejas tu anatomía de mi lado, cuando te vas eres todo un satélite que se aleja y deja un espacio, una pista de su camino entre los árboles.

A los dos minutos soy yo quien busca, nervioso activo y mudo tu mapa del tesoro en las pistas que has dejado, en el olor de la almohada, en los rizos de las sábanas.

Una señal me has clavado cada noche, honda y clara. Cada noche desde aquella primera. Era una farola, recuerda, lo que teníamos encima, no la Luna. 

No hacía falta la Luna.

domingo, 4 de enero de 2015

Hay caminos que no se detienen porque la substancia de los caminos es ser caminados, escrutados, no enlutados sino vestidos de blanco hombro desnudo.

Hay que recoger las flores de sus bordes con la miel que sólo un aliento en la boca, de madrugada, es capaz de respirar de otro aliento de la boca que le respira.

No se había inventado lo que se dijeron por la tarde cuando caían las hojas y las nubes.

No soy tuya ni tú mío, ni yo mía ni tú tuyo. No soy de la nada ni soy de algo ni soy nueva ni nuevo no nací bajo el signo de la esperanza.

Y se dijeron amor sentados bajo el árbol.

Y se dijeron amor por primera vez y para siempre.


sábado, 3 de enero de 2015




No se sabe muy bien qué ocurrió, el mundo se puso cuesta abajo en ese momento. Todo: calles, coches, ideas, culos, remedios. 

Y al ser todo tan oblicuo e inclinado, las personas se olvidaron de dónde habían dejado a su amante la noche de antes y corrieron cuesta arriba a buscarlo con una angustia muy parecida a la que sienten los cirujanos cuando abren el corazón y se encuentran con que en lugar de válvulas y diástoles hay humos y sístoles desconocidos.

Por la noche se horizontalizó el mundo.

No hubo más quejas. 

viernes, 2 de enero de 2015

Algunas noches ya he dormido sin que su cuerpo me suspirase la nuca (anatomía clara a mi derecha, hipnotizada en su mutismo, dormida toda ella mientras la estremece un temporal marino a la vez que nada justo al lado de la sirena que ella no sabe que es ella misma). 
Cuando los ángeles se estrellan contra el planeta que les toque esa tarde provocan cráteres milenarios.

Decimos “bolígrafo y papel” y lo que en verdad llevamos a cabo es extender las gargantas y sus voces dulces o rabiosas sobre la sábana blanca de la celulosa.

Hoy llueve todo el cielo. Un gran espacio, una hecatombe de gotas y ráfagas de calderos de agua y color gris se ha hecho propietaria del mu...