miércoles, 8 de mayo de 2019

Hoy llueve todo el cielo. Un gran espacio, una hecatombe de gotas y ráfagas de calderos de agua y color gris se ha hecho propietaria del mundo entero. Llueve todo el cielo, y dentro y fuera. Y llueve a jarrones dentro del pecho y fuera de la ventana. Y cuando llueve todo el mundo de la forma en que hoy llueve, el universo aprovecha para entrar por las aberturas del cuerpo, sean poros, sean pupilas, para que la lluvia se meta dentro y no haga falta ni mirar por la ventana siquiera para saber que llueve y que la lluvia está ahí afuera, pidiendo entrar dentro, como esa conocida de siempre que siempre siempre viene a decirnos las verdades que están teñidas de más amargura y que no queremos oír a cambio de nada que nos pueda pagar nadie en este país.

Esa es la razón por la que usamos paraguas y salimos poco cuando llueve.
Y no hay ninguna otra.

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