viernes, 30 de enero de 2015

Los muertos se quedan tan solos porque los fantasmas son muy mal vistos por las damas del Romanticismo cuando se aparecen en sus dormitorios. En el momento que los ven rozando con sus pies inexistentes la atmósfera derretida de sus alcobas exigen la presencia de sus acompañantes (tengan entre manos a quien tengan entre manos) y éstos les han de aplicar sales de amonio debajo de las narices para que dejen de suspirar con el estrépito con que sólo ellas son capaces de suspirar.


Los muertos se quedan tan solos porque los acompañantes de las damas del Romanticismo se enfadan cuando presienten su hálito frío y al hacerlo saben que serán interrumpidos por las damas del Romanticismo que se van a desmayar estrepitosamente sobre el diván burdeos más cercano a su tocador cuando los acompañantes de las damas del Romanticismo tengan entre manos o brazos a otra dama del Romanticismo que se encuentre lejos de ningún fantasma y sin la más mínima intención de desmayarse en ese momento.



Por ese motivo los muertos se quedan tan solos y los acompañantes de las damas del Romanticismo son tan poco envidiados por los otros tres tipos de acompañante.






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