Hay caminos que no se detienen porque la substancia de los caminos es ser caminados, escrutados, no enlutados sino vestidos de blanco hombro desnudo.
Hay que recoger las flores de sus bordes con la miel que sólo un aliento en la boca, de madrugada, es capaz de respirar de otro aliento de la boca que le respira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario