No se había inventado lo que se dijeron por la tarde cuando
caían las hojas y las nubes.
No soy tuya ni tú mío, ni yo mía ni tú tuyo. No soy de la
nada ni soy de algo ni soy nueva ni nuevo no nací bajo el signo de la esperanza.
Y se dijeron amor sentados bajo el árbol.
Y se dijeron amor por primera vez y para siempre.
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