Es necesaria cierta confianza, incluso ciega, en que las cosas que deseamos se pueden alcanzar. Aunque sea una confianza irracional, por más que nos parezca inexplicable, aún en los peores tramos de la vida.
La fe no mueve montañas.
La fe hace que seamos nosotros los que cambiemos de sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario