sábado, 22 de noviembre de 2014

Existió un lugar terrible en mi alma cuando comienzaba a contar mis historias
en el momento preciso en que huyen los pájaros.
No te las contaré jamás al oído, tu oreja y el resto se fueron con prisa.
 
Antiguo amor mío, qué sucia la espera en que aguardaba el momento sur de tu cosecha.
 
Repararme a mí mismo me costó la vida, aquella tan blanca que viste hace tiempo.
 
Recorrí los mapas, meé cara al viento, no esperó al final tu cuerpo naranja.
 
Y este año de más, y este siglo.
 
Europa y tu vientre os fuistéis de tragedia.
 
Y este año de más, y esta luz ya de muerte.
 
Y este año de más, y estas manchas de vida.

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