Las damas del Romanticismo hacen caca en el campo entre rosales que esconden sus espinas al notar que se aproximan cautelosas buscando un lugar desde el que sus acompañantes no puedan ver la mansedumbre con la que se agachan para cumplir con el juramento de fidelidad que le hicieron a sus intestinos y que es muy posible que termine siendo el único compromiso que puedan cumplir en su vida.
Frases, escritos que conviven jugando al póker, o al menos sobreviven cuando nadie coloca el revólver sobre la mesa.
domingo, 1 de febrero de 2015
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