Cuando una dama del Romanticismo tiene una idea brillante se lo comunica corriendo a (por este orden) su ama de llaves, su acompañante más cercano, su hermana Gertrudis y su editor.
El editor tiembla entonces porque sabe que le espera un tremendo rosario de vía crucis y subviacrucis que se concretan en
a) Whatsapps a las tres de la madrugada.
b) Whatsapps a las cuatro de la madrugada.
c) Sobres lacrados con papel de arroz amarillento en el que le relata sus escozores anales y sus disputas futbolísticas con la sirvienta.
d) Whatsapps a las cuatro y cinco de la madrugada.
Cuando una dama del Romanticismo tiene una idea brillante y no es atendida se siente tan desgraciada, llora tanto que se le cuartea la piel.
El editor, entonces, le promete, le jura y cumple, matrimonio.
Para ello tiene que deshacerse del acompañante habitual de la dama, y lo hace falseando testimonios para que toda la ciudad comience a hablar mal de él y tenga que abandonarla avergonzado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario