Entre los dedos tiene la seda. Cómo quieren alcanzarla las adormideras. Y entre los dedos el puñal microscópico de plata, el hilo como una estela atraviesa herida la tela. Sentada blanca en la escalera cose. Cancioncilla. La niña de nieve y de carbón de brasa está cosiendo. Sus dedos son a la calma de la tarde acariciando y escarbando. El eje del mundo de las batallas. Por no poder no puede más. Cansada al fin, espera al sol guardado en los espacios, y deja caer, tendiéndose, los brazos.
Frases, escritos que conviven jugando al póker, o al menos sobreviven cuando nadie coloca el revólver sobre la mesa.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
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