miércoles, 3 de diciembre de 2014

Aquí, lejos de las sentinas, a la esquina del puerto, escombros de aceite rosa, lesiona el sol. No puede lucir tanto, no puede, no entiendo. He dejado abierta la ventana, apoyado en el aire de vasos frío de la mañana de invierno.  Me restriega los pies con espíritu de llama y tacto de frente.  

Salpica las casas, incompletas sin tus marañas negras de ébano cabello, vuelto ataque, convertido en tortura ciega para mis maderosos brazos que caen destrozados de tierno albaricoque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hoy llueve todo el cielo. Un gran espacio, una hecatombe de gotas y ráfagas de calderos de agua y color gris se ha hecho propietaria del mu...